La Sirena es una criatura marina conocida mayormente por pertenecer a la mitología clásica de la antigüedad.
Nadan en mar abierto y tienen un vínculo cercano con los delfines, juegan y cazan juntos, al igual que los delfines están bien adaptadas al mar.
La única razón de tener esa adaptación es para inmersiones profundas en busca de comida.
Nosotros debemos como seres humanos tener en consideración que parte de nuestra evolución tuvo lugar en el agua.
La descripción de las Sirenas varía ampliamente, desde seductoras con cola de pez o las benévolas protectoras del mar, tímidas y solitarias, además de las descritas como monstruos salvajes.
Es en el continente africano donde se hay mayor número de registro de avistamientos, cuyas regiones están llenas de una rica tradición que envuelve a las Sirenas.
Al sur del África, una raza de Sirenas conocidas como “Mondao” es descrita como criaturas malignas que disfrutan de arrastrar a bañistas de cualquier edad con el fin de quitarles la vida.
Estos seres no se ven como criaturas de carne y hueso sino más bien como espíritus poderosos o demonios, los cuales son venerados por las tribus de la zona.
ARQUEOLOGÍA DE LAS SIRENAS
En Egipto, en unas cuevas de arenisca que alguna vez estuvieron cerca de una bahía hace 30,000 años, el mar se ha ido pero la memoria de un pueblo que allí vivió permanece, grabadas en pinturas rupestres que cubren las paredes de la cueva.
Los arqueólogos piensan que pueden ser las pinturas míticas más antiguas hechas por el hombre, se trata de proyecciones en sueños de los primeros pescadores, imaginándose a ellos mismos con colas, nadando con lanzas y redes para pescar o se trata de otra cosa.
¿Podrían ser estas pinturas, la representación del conflicto del hombre con una criatura que ahora está relegada a los mitos?, ¿los empujamos a la extinción? o ¿los empujamos a esconderse?
Si persistieron, si sobrevivieron deben haberse escondido en algún lugar, pero ¿dónde?.
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