LA PEQUEÑA LULÚ SOBRESALIÓ EN UNA SOCIEDAD CONSERVADORA

Todos de pequeños hemos vivido la experiencia de una gran amistad, un sentimiento de apego y compañerismo por una persona con quien compartimos juegos y travesuras, alegrías y tristezas.

Sin saber cómo ni por qué, de niños entregamos y recibimos de alguien a quien consideramos muy especial, tal vez el hijo de los vecinos o un compañerito del colegio, la confianza más pura y desinteresada que sólo durante la infancia nos podemos dar el lujo de derrochar.

Y esa es la historia que a través de “La pequeña Lulú” revivimos con humor sí, pero también con algo de nostalgia.

LA PEQUEÑA LULÚ SOBRESALIÓ EN UNA SOCIEDAD CONSERVADORA

NACE UNA ESTRELLA LA PEQUEÑA LULÚ

“Little Lulú” publicada por la revista “Saturday Evening Post” en 1940, su creadora, la primera dibujante profesional de tiras cómicas, Marge Henderson Buell, tenía la posibilidad de demostrar su talento dando vida a su personaje en un solo recuadro, junto a las noticias periodísticas cotidianas.

Y de tanto aparecer entremezclada a los acontecimientos de la vida misma, Lulú terminó siendo tan real como está.

LA PEQUEÑA LULÚ SOBRESALIÓ EN UNA SOCIEDAD CONSERVADORA

El público pedía algo más que un simple cuadro y Henderson, feliz con la idea de ampliar su historieta, se comprometió a entregar diariamente una tira de seis cuadros en donde además participarían otros personajes.

Tobi fue el primer amigo de Lulú, quien medio rival, medio compañero, jamás defraudaría a su querida amiga.

Después nacieron Anita, su hermanito Fito, los mismos que se volvieron incondicionales amigos de ambos.

Anita y Lulú conocían perfectamente a los inseparables Fito y Tobi, juntos disfrutaban las más ocurrentes aventuras y entretenían tanto a los lectores, que pronto la dibujante se vio obligada dedicarse a La Pequeña Lulú y a todos sus amiguitos a tiempo completo en una revista de historietas.

PERSONALIDAD DE LOS PERSONAJES DE LA PEQUEÑA LULÚ

Poco a poco los personajes adquirían personalidad propia e incluso algunos de ellos protagonizaban sin Lulú, sus propias aventuras.

Así Tobi -el gordito comelón-, se convertía en el detective “La araña”, cuando algún acontecimiento extraño ocurría.

LA PEQUEÑA LULÚ SOBRESALIÓ EN UNA SOCIEDAD CONSERVADORA

Si desaparecía alguna mascota, era un caso para “La araña”, si se rompía un jarrón, el averiguaría y descubriría al autor, pero eso sí, a cambio de un delicioso pedazo de pastel.

Por otro lado, Pepe del Salto era el niño rico del barrio, por quien las chicas lanzaban tremendos suspiros.

Memo, el más pequeño de todos y por eso muy engreído, recurriría a Lulú en busca de consejo, y ya se los daba en forma de cuentos, claro, siendo la heroína en todas las historias que le narraba a Memo.

En estas participaba otro personaje: La bruja Agata, quién popularizó su frasecita “Cacle, cacle, rayos y centellas” que utilizaba para cualquier hechizo.

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También participaban en la historieta “La pandilla de los muchachos del Sur “, o sea los “malos de la película”, quienes en continúa pelea con el grupito de Tobi, trataban de arrebatarles el local de club en donde, por cierto, “no se admiten mujeres” pero al que finalmente ellas entraban airosas.

Lulú, Tobi y todos los amiguitos de ambos viven en plena edad en donde los niños no pueden aceptar en sus juegos a las niñas: las consideran tontas y aburridas, pero siempre terminan compartiendo con ellos innumerables juegos y aventuras.

INSPIRACIÓN DE MARGE HENDERSON

Ese estilo de humor infantil fue tomado de la recordada serie de televisión “La Pandilla” en la que un niño, Spanki, era la estrella del show.

Marge Henderson recogió de ésta prácticamente la misma historia de juegos y amistad entre los niños de un mismo barrio, pero con la diferencia de que la protagonista era una niña.

La inteligencia y gracia de la pequeña Lulú encajó sin problemas en una sociedad conservadora y tradicionalista, en donde el rol más importante siempre recae en el género masculino, pero Lulú supo desplazar sin inconvenientes. Desde entonces hasta hoy, luego de haber pasado por el cine y la televisión, Lulú y todos sus amiguitos no se cansan de alegrarnos con una de las más sanas y divertidas historietas infantiles que se hayan publicado.

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