Es la joya de la Cuenca del Pacífico: Paracas, paraíso y maravilla de una reserva marina, un imperio de arena y agua, cuna de una esplendorosa y avanzada cultura, refugio de infinitas aves, tierra de los vientos y la sal.
La Reserva Nacional de Paracas queda en el departamento de Ica al sur de Lima, es la primera reserva marina que se protegió en el Perú y que también es sede de la Cultura Paracas (500 años AC).
Para buscar fósiles de plantas más antiguas del continente, ¿a dónde se dirigiría? Y …si quisiera ver pingüinos, ¿dónde los buscaría?…
¿La respuesta? Pues… en la Reserva Nacional de Paracas, la única reserva marina del Perú. Según se sabe por la paleobotánica (especialista en flora fósil) profesora Vera Alleman, comprobó la existencia de un depósito del carbonífero dentro de nuestra reserva.
Como se sabe, el carbonífero es un período de la Era Primaria que precedió a la primera glaciación hace varios millones de años. Fue entonces cuando aparecieron los primeros reptiles y se formaron los depósitos de carbón vegetal del planeta, a partir de los bosques de gigantescos helechos arborescentes.
PARAÍSO PERUANO CON UNA RESERVA MARINA
En Paracas se encuentran importantes restos arqueológicos, impresionantes formaciones geológicas y una múltiple variedad de flora y fauna entre las que se cuentan aves en extinción como el pingüino de Humboldt Spheniscus Humboldt.
Aquí hay mas de 1530 especies de animales y plantas, claro en mi viaje no las he conocido todas y se que tampoco entre ellas se conocen todas, pero viven en el mismo lugar en armonía.
Toda la reserva tiene 335 mil hectáreas, pero más de la mitad está en el mar, es muy grande. Recorre parte de la franja de Atacama y lo baña el mar más rico del planeta, esto se debe a la presencia de agua fría llamada corriente de Humboldt que viene del sur y viene cargada de mucho plancton (alimento para la vida marina).
DIVERSIDAD ECOLÓGICA E HISTÓRICA
El mar de Paracas es célebre por la variedad gama de algas que produce (muchas de ellas nutritivas). Además, hay crustáceos (cangrejos) y moluscos (pulpos, calamares, conchas), variedad de peces, tortugas marinas y delfines.
También es el paraíso para las aves migratorias, donde se congregan variedad de aves guaneras, marinas en las que se pueden observar especies tan distintas como el pelícano del cóndor y la estrella es la parihuana, un tipo de flamenco de alas rojas y pecho blanco, es la que inspiró al general San Martín crear la bandera del Perú.
En esta reserva hay diversos mamíferos marinos, algunos en peligro de extinción como el “gato marino” y otros en delicada situación como los “lobos de mar” (chusco y fino) son parte del -vecindario- de Paracas.
Los antiguos Paracas sabían cuando podían entrar a pescar y cuando esperar para dar tiempo a que se reprodujeran las especies y jamás tomaban del mar más de lo que permitía.
En la reserva se recogen mas de tres toneladas de basura al mes en la época de verano, y son pocos los guardaparques, a veces vienen chicos de los colegios y otras instituciones a apoyar en la limpieza. Los pescadores, los científicos… todos colaboramos, es un esfuerzo enorme y duele encontrar más basura a los pocos días. La labor de no enfermar la naturaleza es de todos.
Si se contamina la reserva, mueren los animales de siempre y sus animalitos invitados también, entonces no sería un lugar amigable sino solo y triste como un cementerio.
Este paraíso ecológico hay que cuidarlo, es un sitio de inmenso valor arqueológico, científico e histórico. Una joya para conocer y preservar. A continuación, fotos de la rica ecología marina en un tour desde la bahía de Paracas y las islas Ballestas.
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