La Cultura Tiahuanaco, con sus monumentos megalíticos del pasado andino es misterioso y enigmático, a su vez considerado en América la que más fantasías han provocado.
Es conocida como la primera ciudad pre incaica por sus manifestaciones líticas, y tuvo una gran influencia en toda la región andina.
La imaginación de mucha gente hizo concebir que Tiahuanaco fuera la cuna de la cultura americana, se cree que su antigüedad se remonta a más de 14,000 años, esto por los claros indicios de restos de animales prehistóricos encontrados en las tumbas de sus antiguos pobladores darían fuerza a esta hipótesis.
Aquí una animación de como pudo ser el complejo arqueológico en su antigüedad.
Descubierto por el cronista e historiador español Pedro Cieza de León, describió en sus Crónicas del Perú “El Señorío de los Incas” entre los años 1540 y 1550 las construcciones monumentales preincaicas, por eso Cieza es llamado como el primer arqueólogo del Perú.
TIAHUANACO: SITUACIÓN GEOGRÁFICA
Tiahuanaco es un lugar desolado y frío, puna sin árboles donde sólo crece el ichu ennegrecido por el viento helado, queda a 15 kilómetros al sur este del lago Titicaca y se alza a 3,825 metros sobre el nivel del mar, en donde el aire escasea.
En el lugar denominado Tiahuanaco, pueden verse todavía los restos de aquella civilización de piedra, unas ruinas gigantescas e inconclusas que sobrecogen de admiración de quienes la contempla.
Es todo lo que queda, aparte de unos cuantos monolitos y algunos trozos de cerámica por lo demás el cielo es una continua invitación a retirarse, jalonado por nubes preñadas de agua que amenazan precipitarse en forma torrencial.
No hay a quién preguntarle nada, el lago sigue mudo, la tierra quieta, el viento es el único que se mueve y a veces suele silbar.
Para el curioso visitante que pretende arrancarle su secreto al pasado, sólo existe tres asideros, el lago, los hombres y las ruinas.
Se conoce muy pocos lugares correspondientes a la ocupación durante la época religiosa y en Tiahuanaco es sólo por el hallazgo de tumbas esporádicas o el descubrimiento incidental de esculturas o fragmentos de cerámica se sabe que gran parte del departamento de La Paz estuvo ocupado.
PIRAMIDE DE AKAPANA EN TIAHUANACO
La Akapana es una pirámide, para otros una fortaleza de piedras enormes, construida sobre un cerro que según la tradición indígena, se debió al esfuerzo colectivo de la mano del hombre.
Esta opinión es recogida por el cronista Pedro Cieza de León, en cuyo tiempo el cerro se llamaba Huarmirara.
La construcción tiene ángulos entrantes y salientes, su descomunal fachada mide 135 por 108 metros de base, en algún momento afortunado el edificio coronaba los 18 metros de altura.
Por medio de él pasa la gran cloaca, toda de piedra, se cree que hecha para recolectar el agua filtrada de la lluvia, con una altura es de 80 cm y su ancho es de 6 cm, la calidad del trabajo es digno de aplauso.
Esta pirámide o fortaleza de Akapana se encuentra muy destruida, todavía más, se deja ver que posiblemente nunca fue terminada.
KALASASAYA MONUMENTO IMPRESIONANTE
El palacio de Kalasasaya es también de piedra y ha merecido el nombre de Palacio de la Justicia, no sabemos porque, midió 135 por 130 metros y estaba delimitado por una cantidad de monolitos pétreos incrustados en el suelo, la disposición de estos ha hecho pensar a muchos que tuvieron una finalidad astronómica.
El ingreso se efectúa por unos escalones que terminan en un pórtico tallado de piedra, esta entrada con muestras de decoración, lleva a la terraza-plataforma y al santuario, sin duda antecámara de un templo hoy destruido o que nunca se llegó a concluir.
Allí se levanta una columna triple y en sus vecindades se desenterró un gran ídolo de piedra conocido como el Fraile.
La escultura presenta formas duras y solemnes, el corte es recio, pero la imponente grandeza de la imagen nos habla de una divinidad, se trata de un personaje ataviado hasta los pies, es decir, con ropas muy largas, lleva un cinturón labrado y una prenda de cabeza que recuerda un turbante.
Al oeste de Kalasasaya está la Mesa, otro resto de piedra de aquellos días megalíticos, destruido incluso como todo lo de por allí.
LA PORTADA DEL SOL
El pórtico en cuestión es la demostración cabal del trabajo en un solo bloque de piedra llevado a cabo por los hombres de Tiahuanaco.
Es un trozo de andesita de 3 por 3.75 metros, cuyo peso se calcula en 10 toneladas.
Su tallado también es inconcluso, pero en algunos puntos el artista ha logrado terminar su obra, por eso puede apreciarse a un personaje central encima del dintel, el cual se haya sobre un pedestal escalonado, es pequeño y macrocéfalo, su rectangular cabeza está adornada con una aureola que se compone de 24 rayos.
En los brazos lleva un par de báculos rematados en forma de cabezas de cóndores pendientes de largo pescuezo.
La imagen central es conocidísima, pero relieva su importancia el hecho de estar reverenciada por 48 geniecillos alados que dirigidos hacia ella acuden presurosos en hermosa formación.
La apreciación del pueblo que creyó ver en el conjunto al astro rey rodeado por los cuerpos celestes, de allí el equívoco nombre de Portada del Sol, imaginaciones más cultivadas pretendieron descubrir un calendario y otros ver en aquella puerta una entrada a otras dimensiones.
Hoy, después de revisarse muchas crónicas, se ha llegado a la casi evidencia de que el majestuoso personaje reverenciado en el pórtico de piedra puede ser el Dios Huiracocha, el Hacedor del Universo Indio.
DEVELANDO LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA
¿Cómo una civilización que no contaba con bueyes ni mulas para el arrastre, que no usaban rieles ni la polea, movían piedras que pesaban 10, 20 o incluso 50 toneladas?, piedras que extraían a kilómetros de distancia.
El Lago Titicaca guarda una pista del misterio de la construcción de Tiahuanaco, muchas de las piedras monolíticas en Tiahuanaco son un tipo de roca volcánica muy específica y los arqueólogos han identificado su lugar de extracción en una península a 40 kilómetros al otro lado del lago.
Y en la orilla del lago yacen decenas de piedras al parecer abandonadas que solo podían provenir de la cantera de la península.
Los aimaras locales les llaman las piedras cansadas, al parecer fueron dejadas aquí entre la cantera y Tiahuanaco.
¿Cómo transportaron estas piedras colosales desde una cantera a 40 kilómetros de distancia al otro lado del lago?
La conclusión obvia es que las pasaron en embarcaciones y las descargaron en ruta hacia Tiahuanaco, pero al ser este un habitad prácticamente sin árboles el lago proporciona las cañas de totora, recurso diferente que puede utilizarse para la construcción de embarcaciones.
Los pueblos andinos eran muy prácticos, conocían su entorno, sabían usar los recursos naturales y hay larga tradición en la construcción de estas embarcaciones, las piedras fueron movidas a nivel industrial, pero usando una tecnología muy casera.
Las cañas no son tubos huecos, dentro hay una membrana fibrosa que las hace tremendamente fuertes, durante todo el proceso de construcción van apretando varias veces las ataduras para que al final sean prácticamente insumergibles.
CONSTRUCCIÓN DE EMBARCACIONES
¿Estas embarcaciones robustas podían transportar piedras de más de 10 toneladas como las que utilizaron en Tiahuanaco?
En el año 2002 se llevó acabo un experimento para demostrar esta teoría, una comunidad que vivía a orillas del lago construyó una embarcación con cañas de totora de 15 metros de longitud, luego extrajo un bloque de 9 toneladas de andesita verde de la cantera de rocas volcánicas.
Con ayuda de otra comunidad cercana a la cantera, cargaron la piedra pesada en la balsa de cañas y navegaron 80 kilómetros por el lago hasta la orilla más cercana a Tiahuanaco, llevándola hasta el municipio de Santa Rosa donde decenas de lugareños salieron a recibirlos.
Cincuenta personas, hombres, mujeres y niños sacaron rodando la piedra de la balsa y la trasladaron 60 metros en menos de una hora.
ORGANIZACIÓN DE UN PUEBLO
¿Y cómo se organizaba a la gente para mover las piedras desde la orilla hasta el complejo de Tiahuanaco?
Podríamos pensar que se les puede pagar un dinero a la gente para que hiciera el trabajo, pero realmente es un gasto inútil, así no se consigue nada en absoluto.
En cuanto una comunidad se entera de que la otra va mover la piedra, entonces empieza la competitividad, a partir de ahí las cosas van muy de prisa.
De esta manera en Tiahuanaco hubo esta competencia amistosa entre los diferentes grupos, vamos a construir aquí, vamos a celebrar una fiesta y luego esta dinámica seguiría durante siglos.
Siendo este hecho un aspecto de su cultura y tradición, ver la piedra que habían llevado hasta allí era una demostración de compromiso con el lugar.
El experimento realizado sirvió no solo para demostrar que aquel trabajo colectivo era tan importante para su comunidad, no solo seria para construir templos sino también empleado en su agricultura.
El esfuerzo realizado por los pobladores no era para un monarca o rey sino que el mismo pertenecía a su pueblo como parte de su identidad.
RECIENTES