Es una seudociencia a la que millones de personas siguen aferradas para conocer y ver qué le deparan los astros. La astrología es tan antigua como el hombre mismo.
¿Quién no cree en la astrología? ¿Son muchos los que se resisten a leer su horóscopo en el diario o en su revista preferida? ¿Se puede llamar ciencia a la astrología? ¿Por qué tantos hombres poderosos como César, Napoleón o el mismo Hitler creían en lo que les auguraba los astros y les vaticinaban sus astrónomos?
Demasiadas preguntas como estas para las que no tenemos una respuesta fehaciente. Y posiblemente nunca la tengamos.
Pero como buenos buscones y siendo casualmente de la época más adecuada para preocuparnos del tema, dejamos caer estas líneas que quién sabe hagan reflexionar a más de uno. Lo cierto es que en la sociedad contemporánea occidental es fácil comprar una revista de astrología. Sin embargo, es mucho más difícil encontrar una de astronomía.
Desde que existe la imprenta y actualmente, todos los medios escritos, ya sea periódicos y revistas cuentan con una sección o columna diaria sobre astrología, todos desean leer su horóscopo.
INFLUENCIAS UN DESTINO
La astrología sostiene que la constelación en la cual se halla los planetas al nacer en una persona, influye profundamente en el futuro de ella. Hace unos miles de años se desarrolló la idea de que los movimientos de los planetas determinaban el destino de los reyes, de las dinastías y de los imperios.
Los astrólogos estudiaban los movimientos de los planetas y se preguntaban qué había ocurrido la última ves en que, por ejemplo, Venus amanecía en la constelación de Aries, quizás ahora volvería a suceder algo semejante. Era una empresa delicada y arriesgada.
Los astrólogos llegaron a ser empleados exclusivamente por el Estado. En muchos países era un grave delito leer los presagios del cielo si uno no era el astrólogo oficial, pues una buena manera de hundir un régimen era predecir su caída.
En China, los astrólogos de la corte que realizaban predicciones inexactas eran ejecutados. Otros apañaban simplemente los datos para que estuvieran siempre en perfecta conformidad con los acontecimientos. La astrología se desarrollaba como una extraña combinación de observaciones, de matemáticas y de datos cuidadosamente registrados, acompañados de pensamientos confusos y de mentiras piadosas -había que cuidar el seguir llevando la cabeza en su sitio-.
¿DE DÓNDE PROVIENE LA ASTROLOGÍA?
Si los planetas podían determinar el destino de las naciones, ¿cómo podrían dejar de influir en lo que pasara a los seres humanos mañana? La noción de una astrología personal se desarrolló en el Egipto alejandrino y se difundió por los mundos griegos y romano hace aproximadamente dos mil años.
Hoy en día podemos reconocer la antigüedad de la astrología en palabras como desastre, que en griego significa “mala estrella”, influenza, gripe en inglés, que proviene del italiano y presupone una influencia astral, mazeltov, en hebreo -proviene a su vez del babilonio- que significa “constelación favorable”, entre otras.
Según Plinio, el historiador, a algunos romanos se les consideraba sideratio, es decir “afectado por los planetas”. Y se convirtió en opinión generalizada que los planetas eran causa de la muerte.
La astrología popular moderna proviene, sin embargo, en forma directa, de Claudio Tolomeo, personaje que no tiene ninguna relación con los reyes del mismo nombre y de cuya dinastía formó parte la famosa Cleopatra.
Tolomeo trabajo en la Biblioteca de Alejandría en el siglo segundo de nuestra era, y todas esas cuestiones arcanas sobre los planetas ascendentes en tal o cual “casa” lunar o solar sobre la “Era de Acuario” proceden de Tolomeo, que codificó la tradición astrológica babilónica.
He aquí un horóscopo típico de la época de Tolomeo, escrito en griego sobre papiro, para una niña pequeña nacida en el año 150: “Nacimiento de Filoe, año décimo de Antonio César, 15 a 16 de Famenot, primera hora de la noche. El Sol de Piscis, Júpiter y Mercurio en Aries, Saturno en Cáncer, Marte en Leo, Venus y la Luna en Acuario, horóscopo, Capricornio.”
INFLUENCIAS ASTROLÓGICAS
La manera de enumerar los meses y los años ha cambiado mucho más a lo largo de los siglos que las sutilezas astrológicas, por lo tanto, los astrólogos modernos se han olvidado de la procesión de los equinoccios que Tolomeo conocía a la perfección. Ignoran la refracción a todas las lunas y planetas, asteroides y cometas, quasars y pulsars, galaxias en explosión, estrellas simbióticas, variables cataclísmicas y fuentes de rayos X que se han descubierto desde la época de Tolomeo.
La astronomía es una ciencia que estudia el universo como tal, mientras que la astrología es una seudociencia: dicen que es una pretensión, a falta de pruebas contundentes de que los demás planetas influyen en nuestras vidas cotidianas.
En tiempo de Tolomeo la distinción entre astronomía y astrología no era clara. Hoy si lo es… pero en el mundo, millones y millones de personas seguirán aferradas a su horóscopo, para ver si no todos los días, si por lo menos una vez al año, -que no hace daño-, ven que le deparan los astros.
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