El valor moral de la vida, estriba en el buen empleo del tiempo. Si amas verdaderamente la vida. Si deseas realizar un porvenir, que te permita ser un hombre útil, no pierdas el tiempo. El tiempo es oro, dijeron los ingleses. ¡No!, el tiempo vale más que el oro. Porque el oro se acaba. En tanto que los conocimientos que tú adquieres, dentro del tiempo bien empleado; esos, no terminan nunca.
Los conocimientos acumulados apropiadamente, con perseverancia, tenacidad, esfuerzo y hasta sacrificio, constituyen el mejor capital del hombre y el cerebro; es su mejor caja de ahorros. La juventud constituye la mejor etapa para la captación de los conocimientos.
Por la gratitud hacia tus padres, por el cariño hacia tu pueblo, por el amor a tu Patria, no pierdas el tiempo. Llena tu cerebro con ideas útiles y elevadas. Educa tu corazón con sentimientos puros. Y, sobre todo, fortalece tu voluntad y carácter. Ellos harán las bases más sólidas del edificio moral y espiritual de tu futura personalidad.
JUVENTUD ES FORJAR UN GRAN IDEAL
No pierdas el tiempo, en los placeres efímeros, de gran parte de la juventud frívola, perdida hoy en la oscuridad de la ignorancia. La sociedad te necesita para labrar su grandeza. Medita, que los honores y las riquezas se pierden y que sólo el saber es duradero.
La juventud, no es un momento de vida, sino un estado del alma. No son mejillas sonrosadas, cutis terso, cuerpo esbelto y cara bonita. La juventud, es entusiasmo, alegría, lucha, laboriosidad y sacrificio por un gran ideal. Capaz de plasmarse en realidad por el buen empleo del tiempo.
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