Con el mismo espíritu y renovador de sus inicios, el Colegio Nacional de “Nuestra Señora de Guadalupe” tiene 184 años desde su fundación.
Guadalupe surgió a la vida el 14 de noviembre de 1840, en momentos que se hacía necesario un colegio capaz de impartir una educación acorde con el espíritu republicano y liberal.
Fueron sus fundadores el comerciante Domingo Elías y el docente español Nicolás Rodrigo, quien hizo del Perú a su tierra amada.
Este colegio rompió con la enseñanza escolástica colonial de la época e implantó por primera vez en la educación nacional, las asignaturas de Historia del Perú y de América, Filosofía.
Un año después de su apertura en la Calle de la Chacarilla, cerca de la vía expresa, Guadalupe da un nuevo impulso a la educación con la llegada del maestro español Sebastián Lorente, quien trae métodos de enseñanza francesa e inglesa.
Con los años Guadalupe se convierte en foco de irradiación nacionalista y liberal, y tanto sus maestros y alumnos ganan las tribunas y las calles para hacer frente a las ideas conservadoras del Convictorio de San Carlos.
Los hermanos Gálvez (Pedro y José) son los abanderados del liberalismo y de la identificación nacional. Al final, Guadalupe se alza victorioso.
En 1855, el gobierno del Mariscal Castilla convierte a Guadalupe en Primer Colegio Nacional de la República.
AÑOS DE GLORIA DEL PRIMER COLEGIO
Pero Guadalupe no sólo había nacido para renovar los cimientos de la educación. Las páginas de la historia estaban abiertas para ser escritas con gloria y con sangre en defensa de la soberanía e integridad de la patria.
El 2 de Mayo de 1866 la gente de Lima quedó asombrada al ver como maestros y alumnos guadalupanos abandonaban las aulas para marchar al Callao y presentar combate a la escuadra española.
Al llegar los años tristes del conflicto con Chile, los guadalupanos cambian los libros por rifles y las aulas por las trincheras. Están presentes en las batallas de Tacna (mayo de 1879), San Francisco, Dolores, Tarapacá, Arica, Huamachuco, San Pablo, en la Campaña de la Breña, en Iquique y en Punta Angamos.
La gloria es en los campos de batalla. Jóvenes que aún no conocen la vida pelean al lado de sus maestros. Es la patria viva.
Los campos de batalla de San Juan y Miraflores son testigos de la ofrenda del Guadalupano al altar de la Patria. Niños guadalupanos de apenas 13 años como Manuel Fernando Bonilla pasaron a la inmortalidad, acribillados y repasados por el invasor.
Después de la infausta guerra, Guadalupe contribuye a la reconstrucción nacional, y comienza una nueva vida también cargada de historia.
De las glorias y señeras aulas de Guadalupe han surgido notables hombres de ciencia y de letras que han dado y siguen dando prestigio al Perú.
Es larga la lista e infeliz el olvido para acordarse en un momento los nombres de quienes hicieron de Guadalupe Antorcha de Peruanidad.
EL COLEGIO GUADALUPE DE HOY
El paso de los años ha fatigado los cimientos del actual local de la Av. Alfonso Ugarte, construido en el Oncenio de Leguía e inaugurado en julio de 1911.
El colegio poco a poco se repone de sus “achaques”: paredes resquebrajadas, servicios inadecuados, pisos semi hundidos, etc.
A esa tarea de reconstrucción está empeñado el gobierno siempre con la colaboración decidida de las autoridades y los alumnos.
Más de cien años en el ejercicio educativo, Guadalupe conserva el espíritu juvenil de sus inicios y ratifica su responsabilidad con lo que el maestro Jorge Basadre, exalumno guadalupano, llamara “Identificación Nacional”.
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