Durante más de medio siglo, Stanley Lord, capitán del buque carguero “California”, hizo frente al deshonor que cubrió su nombre, cuando la Comisión Investigadora del hundimiento del fabuloso barco “Titanic” llegó a la conclusión de que Lord, estando cerca del lugar a la tragedia, había huido con su barco del dramático escenario.
Murió una mañana terriblemente fría, húmeda y triste de enero de 1962. Aquél día, Stanley lord dejó para siempre el mundo de los vivos, en su humilde casa en las cercanías de Liverpool. Pero el viejo lobo de mar hacía ya muchos años que había dejado de existir.
Seis meses después de la muerte de Lord, una confesión firmada por el marino Henrick Naess fue entregada al Secretario General de la Asociación de Oficiales de la Marina Mercante Británica, Honorable L. Harrison.
En aquella confesión, Naess daba cuenta de su infamia, de haber mantenido en secreto su actitud en la noche del hundimiento del “Titanic”, que hubiera sido suficiente para limpiar de culpa a Stanley Lord y devolver el brillo a su brillante foja de servicios, empañada apenas a los 33 años de edad.
La confesión de Naess ha puesto fin a una infamia que se inició una lejana noche del 14 al 15 de abril de 1912, cuando el “Titanic”, el más grande, nuevo y lujoso barco de la época, se hundió en pleno Atlántico después de haber chocado con un gigantesco iceberg.
Mil quinientas dos personas, entre pasajeros y tripulación, encontraron la muerte en la horrorosa tragedia. Sólo setecientos cinco de los dos mil doscientos siete que iban a bordo, (era el viaje inaugural) pudieron escapar de la muerte.
¿DONDE SE ENCONTRABA EL BARCO DE STANLEY?
A 25 millas del lugar de la catástrofe, Stanley Lord iba al mando del buque carguero “California” que había salido de Londres el 5 de abril con rumbo a Boston. A las 10 de la noche, Lord había dado la orden a su radiotelegrafista que señalara, a los barcos que se encontraban en los alrededores, la presencia de gigantescos icebergs.
Todos los barcos que recibieron la noticia habían agradecido al “California”, salvo el “Titanic”, cuya radio estaba demasiado ocupada en enviar los mensajes personales que sus multimillonarios pasajeros transmitían a sus amigos y parientes, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Cuando se produjo la tragedia, con el choque del “Titanic” contra el gigantesco iceberg, y fueron lanzados dos cohetes de alarma, el “California” ya estaba demasiado lejos para verlos, y su telegrafista descansaba cuando el “Titanic” lanzo su desesperado S.O.S.
Este fue el “crimen” de Stanley Lord y el comienzo de la infamia sobre él. Los testimonios de los sobrevivientes fueron terminantes, drásticos e inapelables. Dijeron que habían visto las luces del barco y que, cuando ellos remaban hacia aquel lugar, la embarcación apagó sus luces y huyó.
Para la Comisión Investigadora, no quedaba la menor duda sobre la culpabilidad de Stanley Lord, a pesar de que éste juró una y mil veces su inocencia y así empezó la infamia sobre el Capitán.
REIVINDICACIÓN PARA EL CAPITÁN STANLEY LORD
Más de medio siglo después, el marino Henrick Naess, en las vísperas de su muerte, ha confesado su “gran secreto”. Naess comandaba el “Samson”, un velero de tres palos armado para la pesca del arenque en el Gran Sol de Terranova pero que, en esta ocasión, había pescado ilegalmente la foca.
Sus bodegas estaban repletas de la pesca cuando la tripulación se apercibió de los cohetes de alarma lanzados por el “Titanic”, Neass pensó, antes que nada en su valiosa carga y encontrándose en aguas territoriales norteamericanas y habiendo reparado antes de la presencia de un patrullero USA, Naess tomó rápido la decisión de huir.
Naess declara en confesión que, como el “Samson” no tenía radio, no supo la dimensión de la tragedia que se desarrollaba a un paso de su embarcación. Al llegar a Islandia, fue puesto al corriente del hundimiento del “Titanic”, pero decidió callar.
Durante más de cincuenta años guardó su terrible infamia y el secreto costó la deshonra de Stanley Lord, porque fue el “Samson”, y no el “California”, el que estuvo junto al “Titanic”.
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Gracias, por la historia real de lo q pasó con el Titanic, pidiendo ayuda.
Que pena q después de tantos años, se aclare, quien fue el q estuvo cerca del Titanic.
Interesante, historia. Gracias
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