Mafalda lleva 5 décadas de sarcasmo y risas y aunque los años no pasan por ella, continúa siendo la eterna niña precoz, el personaje celebra su aniversario haciendo reír a la gente. La encantadora criatura nació en 1962, pero prácticamente no salió del cajón de la mesa de trabajo de su padre, el argentino Joaquín Salvador Lavado, “Quino”, hasta dos años más tarde.

“Me dieron un dibujo publicitario para una empresa que fabricaba neveras llamada Mansfield. Se trataba de hacer una tira humorística al estilo Charlie Brown, con un personaje central cuyo nombre se pareciera al de la marca. Me salió Mafalda. Como el acuerdo con la agencia de publicidad no prosperó llevé a la falta del suplemento de humor que editaba por entonces la revista Leoplan, pero la verdad es que Mafalda no se convierte en estrella hasta que no debuta en la plantilla de la revista política “Primera Plana”, esto fue el 20 de septiembre de 1964.

MAFALDA SALIÓ A LA LUZ EL 29 DE SETIEMBRE DE 1964

Desde entonces Mafalda y sus amiguitos se han ido aventurando con éxito en los rincones de todo el mundo y aunque la última tira pública se remonta al 25 de junio de 1973, en la revista “Siete Días”, Mafalda tiene ya vida propia y sus antiguas ocurrencias siguen haciendo reír en todo el globo.

A “Quino”, la perspicaz niña le exigía mucho, apenas tenía tiempo libre para dedicarse a otras cosas, ni siquiera a su mujer, Alicia. Y decidió poner fin a su romance con Mafalda.

“Dejé de hacerla porque el esfuerzo por no repetirme era tal que se convertía es un sacrificio y no disfrutaba dibujando”, dice ahora Quino, no sin cierta nostalgia “pero puede que reaparezca algún día. No sé. Ahora podríamos decir que está en un estado de hibernación”.

Con una extraña ingenuidad y pensamientos adultos bajo la óptica infantil, Mafalda no solo ha divertido a los niños, sino que también los adultos han sonreído con esta argentina tan especial.

MAFALDA TIENE YA VIDA PROPIA

Sus pensamientos y preguntas insólitas siguen dejando sorprendido a todo aquel que se introduce en su mundo, que también es el nuestro. Mafalda y su pandilla nos ha abierto la puerta una reflexión hacia la crítica social actual, con mucha ternura, pero también con un realismo descarnado.

Perspicaz, redicha, inteligente y a veces un poco impertinente, se ha entrometido en la conciencia de la humanidad. Ironiza con una sonrisa sobre los defectos y miserias que aquejan a nuestro planeta, con la simplicidad y la franqueza de una mentalidad inocente.

No dejan de sorprendernos sus salidas y es que es una criatura impredecible. “Mafalda es un personaje menos definido. Los demás tienen su constante, pero Mafalda me desorienta. Sufro mucho por no conocer sus propios mecanismos mentales”, dice Quino.

UN HUMOR NEGRO Y TRÁGICO

Hijo de republicanos andaluces que emigraron a la República de la Plata, Quino nació en la provincia argentina de Mendoza el 17 de julio de 1932 y heredó, con él mismo dice, el carácter trágico y el humor negro de los españoles, y a veces como asegura su esposa Alicia, le dan ataques de hispanidad.

De vez en cuando se deja caer por nuestro país. En una de sus últimas visitas mostró su enojo y protesta por la utilización de sus dibujos con fines políticos -en algunos puntos de Madrid se venden pegatinas de Mafalda y otros de sus personajes portando banderas del régimen anterior y símbolos fascistas-. “No entiendo por qué han elegido mis dibujos ya que está claro que Mafalda y sus amigos son demócratas y antifascistas”.

Pero lo cierto es que los comentarios de Mafalda han sido interpretados de mil y una maneras y hasta el propio Quino se sorprende de ello. “Había dibujado una tira en la que Mafalda se admiraba porque ese sol que estaba arriba, suyo, era el mismo que había alumbrado a Lincoln, Rembrandt, a Bolívar y a Cervantes. Miguelito agregaba a Mussolini, a la lista. Mafalda lo arrojaba al agua de un empujón, y en el último cuadro Miguelito, caído, decía: “Mi abuelito habla maravillas de Mussolini”. En realidad el Duce no quedaba muy bien parado que digamos, pero una sobrina nieta suyas me mandó una carta de agradecimiento “porque por fin alguien se acordó de él”.

MAFALDA INMORTAL

Aunque en la actualidad Quino se dedica A la pintura, continúa publicando las ocurrencias de Mafalda en diarios y revistas de diferentes países, como es el caso de “La Vanguardia” de Barcelona. No es que haya abandonado el humor o que se haya agotado el ingenio. Lo que ocurre es que ahora está desarrollando otra de sus aspiraciones, pero sigue cultivando, de alguna forma, el esencial arte del humorismo. “Es un arma vital, pero no un arma de ataque, sino de defensa ante lo estúpido, lo terrible y lo grotesco que puede llegar a ser el mundo”.

Y en realidad… ¿Quién es él, que ha cultivado con un niño maquiavélico y cándido, al mismo tiempo, a varias generaciones? “Es probable que me parezca a Mafalda, pero la verdad es que creo que me parezco un poco a todos mis personajes. Soy volador como Miguelito, me costaba ir al colegio como a Felipe, me gustaban los chismes como a Susanita y soy medio bestia como Manolito”.

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