Don José Gálvez, héroe del combate del 2 de mayo de 1866, es un hombre extraordinario y su personalidad destaca en nuestra historia.
Se identificó siempre con la doctrina liberal y defenderá ésta durante toda su vida, en la cátedra, en el congreso y hasta en el campo de batalla, puesta su principal preocupación fue el servicio de la Patria.
Nació José Gálvez el 28 de abril de 1822 en la ciudad de Cajamarca, estudió en el colegio de ciencias de su ciudad natal, y más tarde, en 1836, comenzó a trabajar en una hacienda de propiedad de su familia.
En 1842 pasó a Lima, donde ingresó al Convictorio de San Carlos, y recibido como abogado en 1845 ejerció en Cerro de Pasco y Tarma hasta 1850, en qué retorno a Lima.
SU VIDA PERSONAL DE JOSÉ GÁLVEZ
El 7 de septiembre de 1846, contrajo matrimonio con doña Angela Moreno y Maiz, relacionada con esclarecidas familias de Junín.
Los cuatro años que permaneció Gálvez en Junín, entre Tarma y Cerro de Pasco, le sirvieron para fortalecer sus convicciones liberales.
La explotación del indígena, los privilegios de los caciques, los abusos de algunas autoridades, pueden haber servido para hacer más hondas sus ansias democráticas.
En 1850, como dijimos anteriormente, regresa a Lima, y poco después a de entrar de lleno en la vida pública para luchar por sus ideas y defender los postulados liberales.
Integró el cuerpo docente del colegio Nuestra Señora de Guadalupe, como su rector (1852-1853), imprimió a sus enseñanzas un acentuado carácter liberal, que contrastaba severamente con la orientación conservadora seguida por el Convictorio de San Carlos bajo el rectorado de Bartolomé Herrera.
EL AMBIENTE POLÍTICO ANTES DEL COMBATE
Gálvez pasa cuatro años dedicado a la enseñanza, su labor pedagógica y doctrinaria ha sido fructífera.
Pero siente la imperiosa necesidad de actuar, de cristalizar sus ideas, contempla con la angustia la grave situación por la que el país atraviesa.
Dejó el cargo para incorporarse a la revolución iniciada por Castilla en Arequipa, y contribuyó a decidir la abolición del tributo de los indígenas, y la emancipación de los esclavos (1854), por las cuales había abogado teóricamente en sus clases.
Triunfante la revolución (5 de enero de 1855), fue nombrado rector del Convictorio de San Carlos, y se afanó por contrarrestar la influencia de Bartolomé Herrera.
Integró la convención Nacional (1855-1857), como diputado por Jauja, y cuando aquí ya fue disuelta, combatió apasionadamente a Castilla e implicado en un atentado contra su vida (24-07-1860) debió salir al destierro.
VIAJES DE JOSÉ GÁLVEZ
Viajó a París y luego a Ginebra, el viejo mundo tenía mucho que ofrecer a su espíritu siempre habido de conocimientos y nuevas experiencias.
En 1862 había llegado a su término del periodo presidencial de don Ramón Castillo y en su reemplazo se hizo cargo del poder el general Miguel San Román.
Es entonces que Gálvez retorno al Perú y se consagró a la abogacía, en la Universidad Mayor de San Marcos, donde ganó el grado de doctor en Derecho (1863).
Su verbo desbordante se alzó para excitar el sentimiento nacional, frente a la debilidad mostrada por el gobierno de Pezet ante la escuadra española del pacífico.
Fue desterrado a Chile, pero volvió para unirse en Chincha a la revolución acaudillada por el coronel Mariano Ignacio Prado.
Solicitó que se le permitiera combatir, y fue reconocido como Coronel, y al triunfar la revolución asumió la Secretaría de Guerra y Marina.
EL HÉROE EN LA GUERRA CON ESPAÑA
A la muerte de San Román le sucedió el vicepresidente Pezet, correspondiéndole hacer frente al conflicto con España.
El 14 de abril de 1864 la escuadra española se había apoderado de las islas de Chincha reivindicándolas para su gobierno.
Esto causó profunda indignación en nuestro país y en toda la América, el tratado Vivanco-Pareja (27 de enero de 1865) agito más el ambiente, ya que dicho tratado lesionaba los intereses nacionales.
Gálvez fue uno de los primeros en hacer oír su voz contra la debilidad del gobierno, por eso fue detenido y desterrado a Chile.
Posteriormente se unió a la revolución restauradora de Mariano Ignacio Prado, el Ejército y los Liberales apoyaron la actitud del nuevo caudillo y es proclamado Dictador.
Prado, se dispuso actuar rápidamente, José Gálvez ocupó la cartera de Guerra y Marina y presidía el nuevo Gabinete Ministerial.
JOSÉ GÁLVEZ TRABAJO COMO UN TITÁN
La dictadura declaró la guerra a España e inmediatamente se organizó la defensa, en estos momentos, la Secretaría de Guerra y Marina llevaba la carga más pesada, pero al frente de ella estaba José Gálvez quien se multiplicaba en la tarea.
Respecto a la guerra, pensaba y con razón que el Callao debería estar preparado para responder el fuego enemigo y para lograrlo se dedicó con ahínco a dirigir y vigilar la construcción de las fortificaciones.
Inmediatamente trabajo y dedicó sus esfuerzos en la defensa del Callao en espera del ataque de las naves españoles que venían desde Chile.
Se instalaron cañones que habían sido comprados en Europa por el coronel Bolognesi, cumpliendo en cargo del gobierno peruano.
Un selecto grupo de ingenieros -Malinowski, Borda, Runtil, Arencibia- Tuvieron a su cargo los trabajos de fortificaciones, bajo la vigilancia de José Gálvez.
Y Echenique, su adversario de ayer, dice en sus memorias que Gálvez “Era quien lo disponía todo y dirigía a las cosas“.
LLEGADA DE LA ESCUADRA ESPAÑOLA
La escuadra española, al mando de Castro Méndez Núñez llegó al Callao el 25 de abril de 1866, y se detuvo frente a la Isla San Lorenzo.
Eran, las fragatas Numancia, Blanca, Villa de Madrid, Resolución, Berenguela, Alamansa, la goleta Vencedora y los vapores auxiliares: Marqués de la victoria, Matías Cousiño y Paquete de Maule.
Méndez Núñez anunció el bloqueo, luego en un manifiesto, yo cuatro días de plazo para atacar el puerto, invitando a los representantes diplomáticos extranjeros que se pusieran a salvo.
En vísperas del combate, el Cayo estaba engalanado con banderas, el entusiasmo patriótico por defender el honor y el territorio patrio fue excepcional.
DEFENDIENDO LA PATRIA EN EL COMBATE DEL 2 DE MAYO DE 1866
El día 2 de mayo fue una verdadera eclosión popular, los peruanos todos, plenos de entusiasmo, fueron a participar en las funciones y tareas que se les quiera dar en el combate.
Un solo pensamiento dominaba todos, “defender el Honor Nacional”.
La “Numancia”, acorazado de 7000 toneladas, era la novedad en naves de guerra, se adelantó al lanzó el primer cañonazo y luego otro que fue contestado por la torre de La Merced.
El combate se generalizó rápidamente, se luchó heroicamente pese a que era una lucha desigual: la Escuadra Española formada en V, sumaban 245 cañones en total contra 50 nuestros.
A los 55 minutos se oyó una fuerte explosión, la torre de La Merced había sido alcanzada por el fuego español ocasionando varias víctimas.
Entre ellas estaba José Gálvez, se encontró su cuerpo “medio carbonizado, en su semblante se notaba cierta bravura que parecía desafiar a nuestros enemigos“, según el relato de Urrea, citado por Basadre.
Pero el combate continuó hasta cerca de las cinco de la tarde, en que lo busques españoles iniciaron la retirada.
Las baterías peruanas siguieron haciendo fuego hasta que la Escuadra enemiga se puso ya fuera de alcance, la victoria fue nuestra, se salvó el Honor Nacional.
José Gálvez encontró así una muerte épica, digno de su vida, de acuerdo en todo con su intenso amor a la patria.
Nos legó la lección imperecedera de lo que puede una voluntad férrea al servicio de una noble causa. Su heroica muerte lo convirtió en símbolo de la independencia continental.
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