EL COMBATE DE ANGAMOS (LA GUERRA EN EL PACIFICO)

EL COMBATE DE ANGAMOS

Se sucedió en Angamos el 8 de octubre de 1879, cuando el almirante Don Miguel Grau y el monitor “Huáscar” sellaron con marca de agua y heroísmo una epopeya con visos de leyenda enmarcada en lección de pundonor, sacrificio y amor a la patria. En este escenario histórico tres elementos destacan nítidamente: Grau, el monitor “Huáscar” y el mar.

MIGUEL GRAU HEROE DEL COMBATE DE ANGAMOS

Don Miguel Grau Seminario, nació en Piura (tierra de hombres bravos y patriotas), el 27 de julio de 1834. Su padre fue Juan Manuel Grau y Berrío, colombiano que lucho por la independencia del Perú en el ejército de Sucre, en Junín y Ayacucho. Su madre fue Luisa Seminario y del Castillo, piurana, hija de Fernando Seminario y Jaime y de doña María Josefina del Castillo y Talledo.

LA JUVENTUD DE GRAU

A los 9 años, embarcó en un bergantín particular que naufragó en viaje a Buenaventura, fue un estudiante taciturno y distraído, a los 11 años trabajo en la marina mercante como grumete hasta ser piloto. Egresó de la escuela Naval como guardiamarina, sirvió en el vapor “Rímac”, luego en el pailebot “Vigilante” (embarcación de vela antiguo), después en el “Ucayali” y en la fragata “Apurímac”.

REBELDÍA Y SERVICIO A LA PATRIA

Separado del servicio por su participación en la revolución vivanquista de 1857, volvió la marina mercante. En 1863, reingreso al servicio y viajó a Inglaterra para recibir la corbeta “Unión”, y como capitán de esa nave la trajo al Callao. En 1867, renunció por una antipatriótica medida del dictador Mariano I. Prado y se retiró por segunda vez de la Armada. Recibió el mando de una nave mercante de la Cía. Inglesa de Vapores. En 1868 fue nombrado comandante del “Huáscar”. Participó activamente en la vida política del país hasta los años inmediatos anteriores a la Guerra con Chile. En 1876 fue diputado por Paita. Ocupó altos cargos de la Marina, revelando laboriosidad y perspicacia.

COMANDANCIA DEL MONITOR “HUÁSCAR”

Cuando Chile declaró la guerra el Perú, dirigiendo la I División Naval. No ignoraba la superioridad que ese país había logrado tras metódica preparación y no desconocía el mal estado en que se hallaban reducidas las unidades peruanas. Sin embargo, inició su campaña, causando admiración por sus hazañas, “enseñando con el diario ejemplo, que es la mejor manera como el jefe siempre puede enseñar, Grau acabó por hacer del “Huáscar” no sólo el mejor barco de la marina peruana sino la espada única y el solo escudo del Perú que detuvo la invasión durante seis meses largos y ello fue porque no sólo Grau tuvo coraje sino además el don de organizar y disciplinar a los suyos, la destreza para tomar la iniciativa, la exactitud para conocer y medir cada situación, el don para el mando sin los cuales la bravura mayor y los conocimientos más profundos pueden resultar estériles” (1).

PROMOVIDO A CONTRALMIRANTE

El 27 de agosto de 1879 fue ascendido a la clase de Contralmirante “con él espadas, joyas y medallas”. Dice el doctor Basadre, que después de la ceremonia Grau le dijo a su amigo y paisano Montero: “Todo esto está muy bien; pero ¿cuándo llegan las granadas Pallicer para mi buque? (2). Grau conoció la gloria en vida, como pocos hombres la han conocido, pero no se embriagó con ella. Y al recibir homenajes y elogios afloró en él, su grandeza de espíritu y su sencillez de hombre exclamado: “Yo no soy sino un pobre marino que trata de servir a su patria”. Eso es lo que hizo Grau, sirvió su patria hasta el sacrificio y su figura se hizo inmortal en Punta Angamos.

EL MONITOR HUÁSCAR

Este buque blindado, construido en Inglaterra por encargo del gobierno que presidió el general Juan Antonio Pezet. “Desplazaba 1,130 toneladas, con fuerza de 300 caballos y un andar de 12 nudos por hora; medía 200 pies de eslora, 35 de manga, y el 20 de puntal; estaba defendido por un blindaje de 5 1/2 pulgadas al centro que disminuían hasta 2 1/2 en los extremos: interiormente estaban separados sus compartimentos por divisiones a prueba de agua, que aislaban la sala de máquinas, la torre y otras partes vitales. Sobre la cubierta tenía una torre giratoria, de forma cilíndrica, armada con dos cañones giratorios cuyo peso unitario eran de 12 1/2 toneladas y que disparaban proyectiles de 300 libras; contaba en la popa con los cañones de 40. Además, tenía un doble fondo, debajo de las máquinas y la torre extendida hasta el entrepuente, dos timones, a proa y a popa, respectivamente; y en el cuartel de provisiones un amplio espacio para pertrechos y los víveres”.

SALIDA A AMÉRICA

Zarpo de Liverpool el 17 de enero de 1866; uniéndose en Brets con la fragata “Independencia”; ambos hicieron dos presas españolas en las afueras de Río de Janeiro en mayo del 1866; atravesar un airosamente el estrecho de Magallanes 24 y 25 de mayo de 1866: se unieron con la fragata “América” y otras naves destinadas a buscar a la escuadra española derrotada en el Combate del 2 de mayo de 1866 en el Callao; y finalmente pusieron proa al Callao. A la comandancia del “Huáscar” fue destinado Miguel Grau, el 4 de noviembre de 1868 cuyo destino se identificó desde entonces con el del famoso monitor; pues salvo el periodo en que hubo de incorporarse a la función legislativa como diputado por Paita de 1876 a 1878, Grau permaneció a bordo de aquella nave hasta su heroico sacrificio en la batalla de Angamos el 8 de octubre de 1879” (3).

EL MAR

Son muchas acciones épicas que tuvieron su epílogo en el mar.

• La batalla de Lepanto, para no remontarnos más lejos del siglo XVI, donde la escuadra de los aliados de la Liga Santa, (España, Venecia y el Papado) al mando de don Juan de Austria, derrotó a la escuadra turca mandada por Alí baja.
• Superior en naves y soldados: la armada invencible del rey español Felipe II que los ingleses y los elementos de la naturaleza derrotaron en el canal de la mancha; Trafalgar, donde el gran Horatio Nelson, derrotó a la escuadra francesa en 1805.
• Tsuchina, donde la escuadra rusa al mando de Rojstvensky, fue cercada y destruida por la escuadra japonesa al mando del almirante Togo, en 1905.
• El desembarco de Normandía del famoso día “D”, Cuando los aliados invadieron el continente europeo para derrotar a Hitler y acabar con sus sueños de grandeza.
• Y la más reciente 1942, la batalla de Midway donde la escuadra de los Estados Unidos de Norteamérica, derrotó a la orgullosa flota naval del emperador y Hiroito.

Cada una de estas acciones, acabó con una supremacía o dio inicio a una nueva, pero todas influyeron poderosamente en el curso de la historia.

LA HISTORIA DEL PERÚ, ESTÁ LLENA DE EPISODIOS DONDE EL MAR ES PRINCIPALES ESCENARIO.

Por el mar habrían llegado a sus costas, los primeros pobladores en la noche de los tiempos. Más adelante un gran guerrero llegó y asentó la avanzada cultura Chimú. Fue por el mar por donde llegaron los españoles para acabar con el imperio de los Incas, uno de los más poderosos reinos del nuevo mundo descubierto por Colón en 1492. Fue el mar escenario de una epopeya cuyos protagonistas: el Almirante Grau y su monitor “Huáscar” en el combate de Angamos, escribieron una de las más brillantes páginas. Es en el mar donde hoy el Estado Peruano tiene la fuente de uno de los pilares básicos de su economía, y es nuestro mar territorial de las 200 millas, el grito soberano lanzado a los cuatro vientos y que ya está aceptado por los pueblos del mundo.

LA GUERRA DEL PACÍFICO

Chile declaró la guerra al Perú, el 4 de abril de 1879, después de ocupar el territorio boliviano de Atacama. El Perú, estaba ligado a Bolivia con un pacto que obligaba a intervenir en favor del aliado. Iniciada la contienda, el Perú movilizó tropas hacia el sur y encomendó la acción naval al entonces capitán de navío Don Miguel Grau. Chile conocía su superioridad naval y dio especial importancia y empuje a su campaña con el objeto de acabar con la limitada pero aguerrida escuadra peruana. Debían dominar el litoral del pacífico para poder desplazar sus tropas sin dificultad y ocupar el territorio enemigo. Sus planes se cumplieron a la postre, pero tuvieron que soportar el embate de un gigante hasta su inmolación.

COMBATE DE IQUIQUE – MAYO 1879

Las naves peruanas “Huáscar” y “Independencia”, enfrentaron a las chilenas “Esmeralda” y “Covadonga”, esta pérdida significó que en adelante el monitor “Huáscar” queda prácticamente sólo en la desigual contienda. A partir de entonces, las hazañas de Grau fueron el permanente terror del enemigo, paseando vencedor la ensaña bicolor y ocasionando bajas y daños a barcos y puertos enemigos. Fueron seis meses que tuvo dominada la acción de la escuadra chilena.

CAPTURA DEL MONITOR «HUÁSCAR»

Sin embargo, la fortuna no podía ser permanente, considerando los enormes recursos de Chile en materia de naves de guerra. Y como era de esperarse, llegó el día 8 de octubre de 1879 se inicia el Combate de Angamos fecha gloriosa para el gran marino peruano que fue a la lucha con la misma sencillez de su persona, y con el empuje de mil huracanes en las máquinas de su fiel y aguerrido monitor, compañeros sus hazañas.

MUERTE DE GRAU

Miguel Grau murió en su torre de mando tras de ser acorralado por la nave chilenas, y en feroz combate fueron cayendo otros héroes de nuestra Marina: Diego Ferrer, Elías Aguirre, Enrique Palacios, Melitón Carvajal, José M. Rodríguez y Cárezon.

ÚLTIMO RECURSO

Previo acuerdo con entre los oficiales se tomo la fatal decisión de hundir el buque, acción que no pudo concretarse ya que los chilenos al darse cuenta de la intención impidieron el hundimiento, posteriormente se llevaron el buque a puerto chileno como trofeo de guerra y hasta el día de hoy lo conservan, anclado en uno de sus puertos.

Así terminó la vida ejemplar de un peruano inmortal en su gloria, y quedó trunca la legendaria trayectoria de un hermoso buque, obra del ingenio humano, cuyo escenario de sus hazañas fue el ancho y peruano mar.

(1) Historia de la República del Perú – Jorge Basadre.
(2) Obra citada
(3) Diccionario Enciclopédico del Perú.

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