Carlos Gardel se identifica con Argentina y ese país al igual que Uruguay, donde estuvo varias veces y por largas temporadas, se disputan su nacionalidad.
Sin embargo, Gardel, como su propia madre lo declaró días después de su fallecimiento, era francés, pues nació el 11 de diciembre de 1890 en la localidad de Toulouse.
Junto a su madre llego a América, radicando en Buenos Aires, en cuyas calles deambuló como “cualquier otro pibe” y poco a poco fue adquiriendo todo lo propio de los argentinos.
Su nombre verdadero fue Charles Gardés, tomando el castellanizado cuando empieza a actuar como artista.
EL MOROCHO DEL ABASTO
El joven Gardel, frecuentaba los lugares donde la gente se divertía, en Buenos Aires, uno de esos lugares era el Mercado del Abasto en plena calle Corrientes. Ahí alguna noche se produjo un “Mano a Mano” entre el “Oriental”, José Razzano, y el gallo de casa. Fue una noche donde todos gozaron porque tanto Gardel como Razzano eran las mejores voces del momento.
Desde ese momento nació el famoso Dúo Gardel Razzano, que triunfó en todos los escenarios donde se presentó, pero tuvieron que separarse por una lesión a las cuerdas vocales del “Oriental”, pese que inicialmente se pensó que pudo ser por “El Morocho”, que había sido víctima de un ataque con arma de fuego.
EL TRIUNFADOR
Carlos Gardel sin su acompañante empieza a actuar solo. Públicamente canta el primer tango: “Mi noche Triste” de Samuel Castriota y Pascual Contursi en 1917, luego viene el éxito y se convierte en triunfador.
Hacia fines de los años 20 aparece el cine sonoro y Gardel es uno de los elegidos. Filma varias películas en todas las cuales su voz interpreta tangos, así como otros ritmos, pues debe saberse que el vals, la rumba, la ranchera argentina, el fox trop y la samba, entre otros, también fueron interpretados por Gardel.
La fama de Gardel fue creciendo y el tango que había nacido “en un cuartucho de arrabal” se empinó llegó “a los palacios y grandes escenarios” y luego se trasladó a Europa.
En París el tango ganó a los franceses y a los habitantes de otras nacionalidades. Había terminado su última película “El Día que me quieras” y realizaba una gira por países de América de regreso a su Patria.
LA DESPEDIDA DE UN CANTOR
Llegó a Medellín, donde la noche de su despedida habló al público con un pesar profundo, se despedía y parecía que daba a entender que volvería. Cantó esa noche con gran sentimiento y la ovación no se hizo esperar.
Al siguiente día junto con sus acompañantes tomó el avión de Satco que tenía al mejor piloto de Colombia. Era un cuatrimotor con destino a Cali. Las informaciones periodísticas sobre el accidente dicen que el avión no habría logrado decolar, es decir estaba todavía en tierra.
También en días anteriores, a su llegada a Bogotá, Gardel recibió una invitación para actuar en Lima, pero personalmente y por teléfono respondió que no podía aceptar por otros compromisos contraídos, quedando pendiente la invitación, que jamás se materializó.
EL MITO
Desde el mismo momento que se produjo el accidente, el 24 de junio de 1935, empezó a surgir “El Mito Gardel”. Un mito que creció y sigue creciendo con el correr del tiempo.
El accidente fue tan violento que sólo 3 pasajeros, todos argentinos, guitarristas de Gardel, lograron salvarse al arrojarse por la puerta.
Los cadáveres quedaron totalmente carbonizados. Gardel y su gran amigo y compositor Alfredo Le Pera, fueron reconocidos. El primero por un pañuelo, dice el cable, y un anillo que usaba el cantor.
El mismo día del accidente las emisoras paralizaron sus transmisiones en Argentina. Días después se anunciaban los suicidios de numerosas mujeres en diversos lugares del mundo, motivado por la desaparición de quien era considerado “El ídolo” de las mujeres en América Latina.
Surgieron también una serie de leyendas. Una de ellas que “Gardel no había muerto, ha quedado totalmente desfigurado y no quiere presentar en público”. Se dieron el nombre de muchos países como los lugares que tenía como asilo, pero desde el accidente nadie volvió a ver con vida a Carlos Gardel.
… Y EL MUNDO, SIGUE…
Pero pese a todo, la verdad es que Gardel fue un ídolo en su tiempo. Supo ganarse las simpatías de todos. Su característica sonrisa hizo que le llamaran “El joven de la Eterna Sonrisa”, aun cuando se cuenta que no era tan amable siempre.
La noticia de su muerte conmovió a todo el mundo, especialmente en nuestro continente. Desde Medellín le rindieron los máximos honores y de ahí sus restos fueron trasladados a Buenos Aires, al mismo tiempo el gobierno uruguayo reclamaba las cenizas.
Sin embargo, el entierro oficial el 6 de febrero de 1936. “La noche del 5 de febrero de 1936 las muchedumbres de Buenos Aires velaron el ataúd de sus cenizas en el Estadio Luna Park”.
Las mismas muchedumbres acompañaron su féretro “a lo largo de la calle Corrientes”. El cortejo siguió “Calles Arriba hasta La Chacarita, por la misma calle que él tomó desde niño hasta hombre, convirtiéndola en el camino de su fama”.
Carlos Gardel fue sepultado en “La Chacarita”, el cementerio más importante de Buenos Aires, donde luce un monumento que es continuamente visitado y hoy por la noche será la tradicional verbena de aniversario de su muerte.
GARDEL, NUNCA SE TE OLVIDARÁ
Han transcurrido 89 años, el “Mito Gardel” sigue creciendo y camina. Su voz se escucha en discos y emisoras. A sus admiradores de antes se han unido nuevas promociones, que aprecian el arte de este artista que, como dicen por ahí, “Sigue cantando mejor que antes”.
Hablar de Gardel es hablar de un tema interminable y es que hablar de Gardel es hablar del tango, su socio de toda la vida, el estilo y las mixturas unido a originales matices de voz. Ya no se hablará del tango sin evocar a Gardel.
Tras su muerte todavía sigue latente, por eso, para terminar esta nota, parodiando el tango que él mismo compusiera con su compañero inseparable Alfredo Le Pera, diremos como al titular GARDEL,… EL MUNDO SIGUE ANDANDO, y te sigue recordando.
RECIENTES