Cuando el amor cambia las costumbres cambian, es un hecho que nadie puede negar. Los romances constituyen un terreno apropiado para comprender cómo cambian los sentimientos en una sociedad.
Es el caso de por ejemplo, cuando dos personas se declaran amor. Las cosas han variado mucho desde cuando se pedía permiso a los padres para poder cortejar a la hija.
En España, por ejemplo, donde se supone que los jóvenes guardan un comportamiento similar al de nuestros muchachos de la ciudad, una encuesta realizada entre parejas de enamorados, con más de seis meses de unión, reveló que el 86% de los casos no hubo palabras declaración previas al beso.
Primero la acción, después las palabras, parece ser la consigna en estos tiempos. ¿Volveremos a las costumbres de antes? ustedes tienen la última palabra.
Y QUÉ ES EL AMOR
Es constante el hecho que experimentamos cambios en nuestros sentimientos hacia la persona amada. Para algunos, se trata simplemente de que el amor se diluye con el tiempo y da paso a otros sentimientos, no tan llenos de pasión, pero también cargado de afecto.
Esto no es algo que suceda solo a la pareja con muchos años de recorrido. Muchas personas jóvenes sienten que la ilusión de los primeros meses, en “las primera salidas”, se ha perdido y consideran, por lo tanto, que “no están enamoradas de su pareja” sino que lo único que queda es “cariño”.
Sin duda que mantener por mucho tiempo la misma ilusión respecto de una persona querida, es casi imposible, nos sucede así con todas las cosas.
En un principio, en los primeros contactos, prima una fascinación que a veces nos subyuga por completo. Fascinación que, lógicamente, pierde intensidad con el tiempo. Pero lo que viene después no tiene por qué ser considerado inferior al amor.
Y ese cariño, afecto, o como se quiere llamarle, que guardamos hacia la pareja después de un tiempo, es el sentimiento más sólido que otra persona nos puede suscitar.
Cuando a Silvio Rodríguez, el célebre compositor cubano, le preguntaron qué cosa creía que era el amor, dijo que para él, la palabra clave era solidaridad. Dio en el clavo.
Lo demás puede ser muy emocionante, pero es menos altruista y hermoso que la solidaridad que te debe existir entre dos personas que se quieren.
«La fuerza sin amor es energía gastada en vano» – Albert Einstein
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