LUIS BANCHERO ROSSI EN SUS COMIENZOS
Luis Banchero Rossi el primer empresario del Perú, el prototipo del nuevo hombre de empresa, nació el 11 de octubre de 1929 en la heroica ciudad de Tacna en la quinta “El Carrión”, donde abundaban los parrales, los durazneros y los ciruelos por doquier.
Su padre fue don Luis Banchero, ya fallecido, y doña Florentina Rossi, su señora madre, ambos de ascendencia italiana.
Sus estudios primarios y secundarios los cursos en la ciudad de Caplina. Allí empezó a dar pruebas y elocuentes de su clara inteligencia, su gran visión por los negocios y su vehemencia.
De Tacna viajo muy joven a la ciudad de Trujillo, donde residía en algunos familiares de la línea materna.
SUS ESTUDIOS
Ingresó a la Universidad Nacional de Trujillo con las notas más altas y se matriculó en la Facultad de Ingeniería Química en una época en que esta Facultad gozaba de un prestigio nacional.
A la par que iniciaba sus estudios profesionales, Banchero Rossi comenzó a trabajar. Fue primer distribuidor de azúcar; luego, de alcoholes y melaza. Posteriormente, agente de ventas de maquinaria agrícola y lubricantes. Por último, gracias a su esfuerzo y visión excepcional, pesquero e industrial famoso en el Perú y en todo el mundo. Por ello, y con justa razón, se sentía orgulloso de haberse levantado solo, de haberse hecho respetar en los grandes centros financieros, de ser un empresario, de colaborar con su patria y de hacer el bien en todo instante.
HOMBRE DE FIRMAS CONVICCIONES HECHO DE LA NADA
A punta de trabajo y más trabajo, de muchos esfuerzos y de una rara combinación de inteligencia y tesón comenzó a forjar aquel complejo pesquero que se convirtió en el más grande del mundo.
Banchero Rossi, el que abrió para el país la famosa riqueza contenida en el mar que baña nuestras costas, el que sólo supo hacer el bien y trabajar por el progreso del Perú, el que en forma a rutilante destacó en el mundo de los negocios por su dinamismo, su visión y su fe fue un hombre sencillo, sensible a los problemas del prójimo.
En conjunto con pescadores y con los más altos miembros del mundo de las finanzas sabía cómo actuar. Con los primeros bebía algunas veces cerveza helada en los muelles de Chimbote, mientras en mangas de camisa, inquiría por sus problemas y escuchaba sus quejas. Les hablaba en lenguaje sencillo, de pocas palabras. Con los financistas adoptaba primero una posición cautelosa hasta que, a fuerza de argumentos, lograba imponer sus condiciones. Con ellos, con los hombres de negocios, empleaba el lenguaje de los números, de los porcentajes, de los precios.
Era un hombre de rápidas decisiones que dedicaba a cada asunto el tiempo exacto y necesario y las palabras también exactas y necesarias.
EL MAR, SU FUENTE DE RIQUEZA
Banchero Rossi comenzó con un socio capitalista. Instaló una fábrica de conservas de pescado, la Compañía Pesquera La Florida.
Un tiempo más tarde compró las acciones de su socio y en ese momento nació lo que luego sería el más grande e impresionante complejo pesquero que, en pocos años, llegó a situarse entre los primeros del mundo. Gracias a él, el país se colocó en el primer lugar en el mundo como exportador de harina y aceite de pescado.
EMPRESARIO VISIONARIO
Banchero Rossi hizo mucho por el Perú. Hizo mucho por la gente humilde. Dio trabajo y felicidad a muchos hogares. No solo participó en el campo pesquero, que fue su principal preocupación, sobre todo en los momentos más difíciles. Puso su inteligencia, su fortuna y su capacidad de trabajo en editoras, en la minería, en la banca y comercio, en el deporte. No amasó su fortuna con egoísmo: la supo ofrecer a los demás y en bien de los demás.
Gracias a su impulso nacieron los diarios CORREO y OJO y la cadena nacional de diarios de la empresa periodística nacional. Fue director por breve lapso del matutino CORREO.
Por ello, pescadores, deportistas, empleados, obreros, periodistas, dirigentes industriales, intelectuales, políticos, etc. han demostrado consternación y hondo pesar por su intempestiva muerte.
Vivió intensamente solo 42 años ¡cuánto más pudo hacer por su patria y por sus hombres, por sus hogares, por sus niños, por sus necesitados, por los desheredados de la suerte!.
Jorge donaire Belaunde dice: «El perfil del mar peruano ha estado cambiando de relato y de paisaje, desde el día que el ilustre visionario le descubrió una dimensión diferente. Entre 1950 y 1960 comenzó la era del gran despegue.
En ese periodo paralelamente con el florecimiento de la flamante industria pesquera, con la transformación geográfica y laboral de nuestros puertos, con el bullicio nuevo que cargado de leyendas venía del mar, comenzó a escucharse en el país el nombre y el apellido de un hombre joven, que por su propio instinto y vocación de empresa, se convertía en el líder de la cruzada. Era Luis Banchero Rossi.
PIONERO QUE DESCUBRIÓ UNA NUEVA RUTA DE PROSPERIDAD PARA EL PERÚ
La industria fue creciendo y navegando como sus embarcaciones de acero y de madera entre las olas de la fe y la desesperanza; entre el vaivén del coraje y la pasión, conducida tácitamente, por la firmeza que en el timón le señalaba su mejor capitán.
Así mismo, se fue cimentando y con ella comenzaron a crecer otras actividades de desarrollo y promoción. Nuevos astilleros. Y otros puertos del Sur se convirtieron en grandes centros pesqueros: Cerró Azul, Tambo de Mora, Pisco, Atico e Ilo. Chimbote primero, Samanco, Supe, Huarmey, Huacho, Chancay y el Callao son los primeros que se aprestan a la gran transformación.
Una nueva clase laboriosa y fuerte que trabaja duramente en la madrugada y el día en el mar, se vuelca luego y seguirá haciéndolo en el escenario mismo de la ciudad, promoviendo esfuerzo, riqueza, moviendo y empuje.
Entre 1946 a 1949 se exportaron 7,235 toneladas de harina de pescado con un costo de 24 millones de soles. Cuando su legendaria existencia es cortada por mano artera, el Perú está A la cabeza de las grandes potencias mundiales de la industria de harina de pescado. Recordamos estas cifras ahora con patriótico orgullo para recordar la hazaña del mejor capitán, del joven empresario, del notable pionero que concretó el descubrimiento en la extensión de nuestro mar de una nueva veta de trabajo, una nueva fuente de riqueza, una nueva manera de vivir para gran parte del pueblo peruano.
Antes del, el océano fue solo un remanso poético, poblado de gaviotas y crepúsculos tristes. Con el ejemplo de Banchero Rossi la costa peruana se volcó al mar y una larga, angosta, superficie de arena se convirtió en faja de trabajo, sudor, taller, riqueza y prosperidad. Brisas de la playa, ruido de las olas, revoloteo de gaviotas, convertirán su tumba y un eterno azul pedazo de mar.
TRABAJADOR INCANSABLE
Amadeo Grados Penalillo, dice: “Había vivido a borbotones, hizo esa existencia una especie de frenética carrera, construyendo ideales, sembrando esperanzas, realizando, realizando siempre. La pasión que puso en su vida es la pasión que lo ha llevado hacia la muerte. Alguien hace 25 años, dijo en una plaza pública de Piura: “Para mí la vida es una carga a la bayoneta, para luego acabar en la sepultura”.
Esa fue la vida de Luis Banchero Rossi, hijo de italianos, producto cabal y fulgurante de la denostada clase media de la cual ha salido casi todo el más valioso de que se ufana el Perú. De esa clase provenía Luis Banchero. Nadie le vio desalentado. Puso siempre un alegre afán en medio de su desbocada cabalgata hacia el porvenir.
“Agudo argumentador en la mesa de las negociaciones, inversionista audaz, frío, calculador de posibilidades a la vez ardiente entregador de hechos, dominaba, con una suerte diabólica inspiración los avatares del triunfo en medio de sonrisas o de durezas”.
“Conversador insigne, pasaba de un tema a otro con la velocidad del rayo. Además, sabía preguntar y sabía escuchar. El, que tenía respuesta para casi todo, él que no tenía casi tiempo para nada, daba siempre la impresión de tener tiempo para todo”.
No, no era tan solo un capitán de empresa que cuando sale de los gabinetes en los que se plantea y se resuelve fríamente el porvenir de los hombres adopta ese aire de lejanía que parece ser el paisaje habitual de los grandes empresarios. Cuando se hacía un brindis con Banchero, uno no tenía la sensación de estar al lado de un millonario poderoso e engreído. Uno tan solo creía que estaba al lado de un hombre de la misma dimensión afable y cordial que exhalaba, sin embargo, una cálida emanación de vida que hacia amable y grata la vida.
SU OBRA
Ignacio Basombrío Zender, dice: “En un país pobre y subdesarrollado, como el Perú, Banchero supo levantar la más poderosa industria pesquera del mundo. Su empuje, la increíble vitalidad que poseía, la profunda fe en el Perú, hicieron posible el milagro”.
“Banchero hizo. Hizo mucho por este país, en cuyo dolor y frustración tan profundamente no sentimos identificados todos los peruanos”.
“Hondamente preocupado por la situación de la pesca (su principal actividad) de la cual dependía no solo miles de familias, sino la solidez de la economía peruana”.
LUIS BANCHERO ROSSI ERA UN LUCHADOR INDIVIDUAL
Nacido en Tacna, hijo de inmigrantes se trasladó a Trujillo para iniciar una carrera universitaria, la de ingeniero químico, y una lucha por la vida, que lo lleva a convertirse, al cabo de pocos años, en uno de los hombres más importantes del país. Pero no de la clase de importantes que pontifica, dogmatiza y destruye, sino de aquella otra que construye, crea, afirma.
Su capacidad de trabajar de noche, se decía, era una prolongación de la práctica que adquirió cuando labrando su fortuna, conducía de noche, para cumplir con los pedidos de lubricantes que le hacían sus clientes norteños.
VIO, ANTES QUE NADIE, QUE EL MAR ERA LA CUARTA REGIÓN DEL PERÚ
Fue el pionero que hacía falta. Otros, que habían luchado por desarrollar la pesquería, no tuvieron el sentido de grandeza, de riesgo, de aventura empresarial que caracterizó a Banchero.
Ese sentido de proyección internacional, le abrió a la harina y aceite de pescado del Perú, el mercado mundial.
No era partidario de privilegios. Revalorizó al hombre trabajador, porque el mismo lo era. “Yo creo en el hombre”, dijo en mi 1960. “Cuando encuentro un hombre decidido a trabajar y capacitado para aprender, creo que eso no tiene precio”.
Los siguientes once años, hasta finalizar 1971, fueron una confirmación de todos los augurios. Siguió adelante. Creó más empresas. Produjo más. Dio más empleo. Sirvió más. Hizo, en una palabra, más.
PÉRDIDA IRREPARABLE
Francisco Diez-Canseco Távara, dice: “Con la muerte de Luis Banchero Rossi ha desaparecido quien por mérito propio y esclarecidas virtudes personales se convirtió, en el curso de pocos lustros, en el primer empresario del Perú, título que nada tiene que ver con las dignidades oficiales, pero que rezuma trabajo, esfuerzo, perseverancia y, en fin de cuentas, peruanidad”.
En la plenitud de su vida una muerte trágica y absurda a privado al país de este notable capitán de empresa, en momentos en que más que nunca era necesario su aporte y su consejo, basado siempre en una inquebrantable fe en nuestro futuro y en una indeclinable confianza en las inmensas posibilidades de nuestra patria y de sus hombres.
En las bolicheras que surcan nuestros mares cargadas de anchoveta, en las fábricas de harina de pescado que producen divisas al país, en las industrias que lanzan sus chimeneas al espacio en abierto desafío al ocio, en las revistas y en esta web que informan y orientan a la opinión pública, Luis Banchero Rossi estará así, siempre presente, animando esa empresa gigantesca de hacer Perú, de la cual él fue principal propulsor y protagonista.
Parece que hasta la misma naturaleza se quiso sumar al dolor de los pack niños por la irreparable pérdida. Una persistente garúa cayó toda la mañana del domingo 2 de enero como si el cielo tan niño llorara la muerte de su hijo predilecto, uno de sus hijos ilustres, considerado así desde hace muchos años.
Banchero Rossi un motivo de orgullo para los nacidos en esa heroica ciudad de Tacna.
El prominente industrial peruano Luis Banchero Rossi murió vilmente asesinado en la tarde del sábado 1 de enero de 1972, en su residencia de Chaclacayo.
MUCHA GENTE LLORA SU DOLOR HASTA AHORA
Sus restos fueron velados en la iglesia de la virgen del Pilar de San Isidro. Y, y su sepelio se realizó el lunes tres, a las 11:00 de la mañana. El cortejo fúnebre fue extraordinario. Una multitud increíble acompañándole a su última morada. Solo reino el silencio y el profundo dolor. Dolor y pesar que fue sentido por la mayoría de los peruanos.
El presidente de la República, general de división Juan Velasco Alvarado, hizo llegar sus condolencias a los familiares, por intermedio de su Edecán, Comandante AP Willy Harm Esparza, quien acudió al velorio y el sepelio.
La muerte de Luis Banchero Rossi, provocó gran conmoción en todo el país y onda consternación en todos los sectores.
El Perú ha perdido a uno de sus grandes hombres y Tacna se ha quedado sin el más brillante de sus hijos, pero, su recuerdo, a través de su obra y de su vida ejemplar, perdurará en el corazón de todos los peruanos de hoy y de las generaciones futuras.
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