Para la proclamación de la independencia del Perú el general don José de San Martín después de atravesar los andes y libertar a Chile organizó la expedición libertadora y llegó a las costas peruanas.
Desembarcó en la bahía de Paracas, 8 kilómetros al sur de pisco, el día 8 de septiembre de 1820.
El 4 de octubre de 1820, San Martín confió al General Arenales la primera expedición a la sierra con instrucciones de batir al coronel realista Manuel Quintero, ocupar la cuenca de Ica y marchar sobre Jauja para apoderarse de los caminos que unían a Lima.
Tenía que adelantar un destacamento a Tarma para estar en enlace con el grueso del ejército que se dirigía el norte, el General Arenales partió con 1242 hombres.
El 6 de diciembre de 1820, el General Arenales quien había pasado por Jauja y Tarma después de su triunfo en la operación en Ayacucho y Huancayo, fue en busca del general realista O’Reilly quien había salido con tropas desde Lima.
El General Arenales derrotó a los españoles en la batalla de Cerro de Pasco, y el propio general O’Reilly fue hecho prisionero.
Posteriormente cumpliendo órdenes de San Martín bajo de la sierra con sus tropas por el valle de Chancay y se reunió con San Martín el 8 de enero de 1821.
EN HUAURA, EL GENERAL SAN MARTÍN PROCLAMA LA INDEPENDENCIA
El General San Martín después de haber ocupado Ancón y Huacho se dirigió a Huaura donde estableció su cuartel general.
En esa localidad desde el balcón de su residencia, declaró por primera vez la independencia del Perú, y siguió con su plan de operaciones especialmente en el valle de Chancay donde llegó a reencontrarse con las tropas al mando del General Arenales.
A la salida del virrey, el General San Martín movilizó sus tropas de Huaura en dirección a Lima. El 9 de julio por la noche entraron las primeras tropas. El propio general lo hizo de incógnito, pero al ser reconocido por el pueblo recibió jubilosa aclamación.
Después de poner sitio la fortaleza del Callao y de establecerse en el palacio de los Reyes, el General San Martín convocó un Cabildo Abierto para que el pueblo expresara a su voluntad de independencia.
La solemne reunión se llevó acabo el 15 de julio de 1821, mientras el General Arenales cumplió su misión, otro destacamento de patriotas ocuparon los Valles aledaños a Ica.
UN SUEÑO HECHO REALIDAD
San Martín espero todavía unos días antes de reembarcar sus tropas para dirigirse al norte, fue en esos días en que libertador de Argentina y Chile, creó la primera bandera peruana.
Al fracasar las negociaciones del armisticio de Miraflores entre los representantes del Virrey La Serna y del General San Martín, ese dispuso el reembarco del grueso de sus tropas y, con la escuadra libertadora se dirigió a Ancón el 24 de octubre de 1820, estableciendo además un bloqueo al puerto del Callao.
Mientras tanto, los realistas habían logrado algunas ventajas en la sierra central, lo que movió a ordenar una nueva expedición a las Sierra confiando en las operaciones al General Arenales.
Éste avanzó hasta Huancayo, sin haber logrado un nuevo contacto con los realistas y regresó a Lima por la quebrada de Huarochirí, llegando a la capital el 3 de agosto de 1821.
El criollo Manuel Pérez de Tudela, redactó en el Acta de la Independencia que luego firmaron los vecinos notables de Lima y todo el pueblo.
El 21 de julio se publicó para informar que el día 28 julio de 1821 se procedería a la solemne proclamación.
Cuando el General Arenales había partido en su segunda Expedición y fracasadas las negociaciones del Armisticio de un Punchauca entre patriotas y realistas, el Virrey La Serna abandonó Lima el 6 de julio de 1821, dejando una fuerza regular en la fortaleza Real Felipe del Callao.
INDEPENDENCIA: LLEGADA DEL GLORIOSO DÍA
Desde muy temprano los limeños se dirigieron a la plaza principal, con sus mejores galas, y portando banderas y escarapelas del bicolor nacional.
En la plaza se había levantado un tabladillo especial y desde allí el General San Martín dijo estas palabras:
“EL PERÚ ES DESDE ESTE MOMENTO LIBRE INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE”.
Y después de ondear el pendón bicolor, entre el estrépito de los cañones y el repliqué de las campanas exclamó varias veces:
“VIVA LA PATRIA”, “VIVA LA LIBERTAD”, “VIVA LA INDEPENDENCIA”.
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