ROMPIENDO LA PRIMERA BARRERA GEOGRÁFICA
Los que funcionaban bien se basaban en el “Demoiselle”, El abuelo de todos los aviones de hoy. A partir de entonces el progreso se aceleró.
El 25 de julio de 1909, Louis Blériot, Famoso pionero, hizo el primer vuelo de avión de Francia a Inglaterra. Hubo palmas y premios. Pero, en el fondo, los ingleses se quedaron preocupados. El canal de la mancha siempre había servido de barrera entre su país y el turbulento continente europeo.
Los militares de otros países también tomaron nota: el avión podía ser un arma terriblemente mortífera.
No es que la idea fuera decididamente nueva. Algunos meses después de inventado el globo dos franceses subieron en uno, con intenciones militares.
Querían espiar desde arriba lo que estaban haciendo los holandeses y los austriacos, que iban atacar a las tropas francesas. En verdad, no podían ver casi nada, pero los enemigos no lo sabían.
En la guerra civil de Estados Unidos ambos bandos usaron globos. Un poco más tarde, en 1870-1871, El globo ayudó de nuevo a los franceses.
París estaba cercada por los prusianos. Para comunicarse con otras ciudades los franceses soltaban globos con mensajes.
Pero todo eso tenía poca importancia. La guerra aérea misma solo se produjo después de ser inventado el avión. Aun así, al principio no hacía muchos estragos. Los preparativos no faltaban.
UTILIDAD DE LA AVIACIÓN
En 1908 o 1909 ya se sacaban fotografías aéreas. En 1911 muchísima gente estaba experimentando el uso de las ametralladoras y aviones. Y ese año los aviones italianos ya tiraban Granada sobre las tropas turcas, en África.
Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial el mundo vio por primera vez el infierno de la aviación militar. En la fiebre de ganar, todos los países mejoraron su aviación. Después de acababa la guerra, Todo lo que se había aprendido pasó a usarse para hacer aviones civiles.
Los alemanes volvieron a ser su famoso Zeppelines. Eran grandes cigarros de aluminio, que llevaban de doce a dieciséis balones de gas adentro.
Se llamaban zepelín esposo inventor, el conde Ferdinand von Zeppelin.
Uno de ellos, el “Graf zepelín” (Graf en alemán quiere decir “conde”), yo la vuelta al mundo en 20 días en 1929.
Otro famoso fue el “Hindenburg”, Gigante de 240m de largo. Hizo diez apacibles viajes de ida y vuelta sobre el Atlántico, en 1936.
Pero en 1937, cuando se iba a pasar sobre un campo en los Estados Unidos, el hidrógeno que perdía se incendió. En dos minutos la aeronave fue consumida por una pavorosa bola de fuego. Murieron más de 50 personas.
Entonces todo el mundo le tomó terror a los Zeppelines. Los que estaban llenos de helio, un gas que no es inflamable, no aguantaban las tempestades.
PERO EL AVIÓN ERA BUEN NEGOCIO
Además, ya había demostrado ser arma decisiva. Alemanes, ingleses y estadounidenses tomaron la delantera, que había pertenecido a los franceses en tiempos de Santos Dumont y hasta la Primera Guerra Mundial.
Al final de la década del 20 Y durante la del 30 aparecieron algunos de los más famosos aviones comerciales de la historia. Hugo Junkers, un alemán, lanzó en 1932, un trimotor llamado Junkers Ju52. Era el preferido de muchas compañías de aviación, inclusive las que ya operaban en Sudamérica.
El Douglas DC-3, que los estadounidenses lanzaron en 1935, fue el de mayor éxito en la aviación comercial. Hasta hoy anda volando por ahí. Pero mientras la aviación avanzaba, el mundo avanzaba hacia otra guerra.
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